Porque nuestra opinión también vale....

Las normas técnicas son documentos técnicos respecto a las condiciones mínimas y cuán apto y seguro es un producto, proceso o servicio, y en general mejoran la calidad de vida de las y los ciudadanos. Por tanto, las mujeres también debemos ser parte del proceso de la construcción de normas técnicas dentro de los Comités Técnicos de Normalización (CTN) y opinar al respecto, ¿pero por qué? Las mujeres también usamos los productos y servicios; ya sea en nuestra vida cotidiana, o en el trabajo. Usamos los productos que, muchas veces no están adaptados a las necesidades de nosotras, porque en algún CTN, dirigido en su mayoría por hombres, no se ha tomado en cuenta que hombres y mujeres somos diferentes, que nuestro cuerpo es y funciona diferente, y que los productos y servicios deben cumplir con estándares apropiados para quien lo utilice. Muchas personas participantes de los comités, consideran que un Comité Técnico de Normalización tiene un equilibrio de género, cuando el porcentaje de hombres y mujeres es 50-50. Actualmente la participación de las mujeres en los comités Técnicos no llega ni al 30%, por lo que la paridad en términos de género está lejos de ser alcanzada. Aun así, los estudios muestran que, la participación de representantes mujeres en los Comités Técnicos, no genera efectos o cambios en sí mismo, por lo que es trascendental analizar qué pasa cuando esa participación no se refleja en la construcción de normas más sensibles al género. Quizás la respuesta está intrínsecamente relacionada en cómo se llevan a cabo las reuniones en los Comités Técnicos, donde probablemente: Se desconozca la importancia de fomentar la participación de mujeres en los espacios de discusión de los Comités. Se fomente el monólogo reflexivo respecto a un tema sin dejar a hablar a otras y otros representantes (especialmente a mujeres) que probablemente cuentan con mayor experiencia en la temática que el que monopoliza el diálogo. No se deje terminar las ideas a las participantes mujeres y se las interrumpe constantemente. Se dan sugerencias o correcciones a la opinión sin que se lo hayan pedido. No se deja exponer los conocimientos de las mujeres o que den su opinión respecto al documento. Existan conductas que menosprecien la opinión de otros (especialmente de las mujeres). En resumen, se fomente el mansplaining. ¿Quieren saber qué es el mansplaining? Les invitamos a ver los siguientes videos: ¿Qué es el mansplaining? Ellas ya lo saben y ¿aun así les explicas? ¿Como hacer frente a ello?: Escuchando más No coartar la participación de ninguna persona, especialmente a las mujeres en los debates, aunque consideres que tú ya conoces lo que va a decir. No interrumpir el desenvolvimiento de la discusión, aunque pienses que para ti es irrelevante. No desacreditar la opinión de nadie y tratar de dar la palabra de forma equitativa. Tomar nota de las opiniones, independientemente de quién vengan. Por tanto, si se excluye la opinión de las mujeres en la elaboración de normas técnicas, no se tomarán en cuenta, cuáles son los efectos e impactos en las mujeres consumidoras de los productos y servicios, lo que a la larga puede tener implicancias en la seguridad y el bienestar. En conclusión: La importancia de la participación activa y efectiva tanto de hombres como de mujeres en los Comités Técnicos de Normalización, puede hacer la gran diferencia.




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